Lanzarote a través de Manrique
Lanzarote a través de Manrique
Un recorrido por la isla con la mirada de su artista más reconocido.
César Manrique, Artista vocacional con formación académica en Arquitectura, se expresaba, según sus palabras, en función del momento, de las necesidades plásticas y artísticas que le resultaban oportunas. Este conejero internacional, adoraba su isla natal, encontraba en Lanzarote el lugar más extraordinario del planeta y fue capaz de reinventarla para mostrarla al mundo. Esa era su obsesión, convertir Lanzarote en un lugar amado por todos sus visitantes. Sus obras muestran el conocimiento y el respeto profundo por su tierra, su paisaje y sus valores.
Integración, paisaje, activismo, ecología y turismo, sin duda Manrique cambio el destino de la Isla. Bajo la premisa de la preservación del patrimonio natural y cultural, creará una conciencia ambientalista en Lanzarote.
En 1966 comienza a liderar junto al Cabildo Insular de Lanzarote, el proceso de transformación de la isla a la economía turística. Diseña un plan urbanístico, cuyo espíritu aún sigue vigente, que regula las condiciones de las construcciones de la isla, limitando el número de plantas, la tipología de vivienda o el uso de las carpinterías de madera. Además sugiere unos valores sostenibles para el número de turismos y plazas hoteleras. Su defensa de los valores medioambientales y el entendimiento del turismo como un valor económico le llevó a desarrollar numerosos proyectos paisajísticos, destacando los espacios naturales más representativos, donde la integración de las construcciones y el espacio natural donde se insertan es el valor fundamental. Es tal el mimetismo de la obra construida con el espacio natural que cuesta diferenciar donde acaba la intervención y empieza la naturaleza.
Iconografía
César Manrique desarrolla a lo largo de toda la isla una serie de figuras zoomórficas que convierte en símbolos de los espacios naturales, figuras identificativas de cada lugar, esculturas casi más fotografiadas que la propia naturaleza.
También desarrolla esculturas de gran escala en hormigón y acero, de formas abstractas.
Y por último, destacar en este campo, sus esculturas móviles. Pesadas estructuras de acero, que adquieren movimiento y se vuelven ligeras al paso de los vientos alisios.
Materialidad
Manrique utiliza la roca volcánica para ligar su intervención con la naturaleza. Aparece en suelos, ejecutados de manera magistral, adaptando la rugosidad según las condiciones, las fachadas se funden con el paisaje y las escaleras, simplemente parece que siempre han estado allí. La madera y el acero se combinan para formar barandillas, los suelos y puertas de madera se integran con la roca y consigue originales formas en pesadas puertas de acero. El mobiliario, generalmente en madera o acero también es diseñado por el artista.
La luz
César Manrique combina en todas sus construcciones la iluminación natural, a menudo a través de lucernarios en el techo, que inunda las estancias tamizada por la verticalidad de sol en estas latitudes, con una cuidada iluminación artificial, con luces indirectas, creando juegos de luces y sombras sobre las paredes de piedra. A menudo las estancias son decoradas con lámparas diseñadas en acero.
César Manrique, al que se le negaron ciertos conocimientos técnicos, desarrolló en Lanzarote un trabajo sensible y comprometido, sin grandes alardes, que resume no sólo el aspecto profesional de este artista total, sino su propia vida.